Los orígenes de Radio Kumanda

Este es uno de varios textos en los que pretendo rescatar la historia de Radio Kumanda. Para llevar a cabo esta tarea voy a tener que hacer un gran, gran, gran esfuerzo de memoria y consulta ya que no soy muy bueno en ese aspecto. Espero que la historia se narre de manera cronológica, que no se omita a nadie, que se incluyan las cosas buenas y malas así como que sea claro el pensamiento. De igual manera no se cuántos “episodios” lleve el contar cómo surgió este bonito proyecto. Tampoco se a ciencia cierta si voy a recordar todos los nombres – espero hacerlo – para que tenga sentido y tal vez, sólo tal vez, sea interesante.

Cuando inicié el proyecto de Radio Kumanda estaba estudiando la licenciatura en Comunicación Audiovisual en la Universidad del Claustro de Sor Juana allá del 2000. En aquél entonces la Internet llevaba poco de ser “popular” en México. No se tenía acceso de inmediato a los contenidos que hoy podemos ver en la red. Las redes sociales no existían como hoy las conocemos. Realizar una conexión a Internet, para el individuo promedio, era algo casi mágico. Imaginar una radio por Internet era apenas una experiencia breve pero que me cautivó. En aquel entonces aprendí a editar en carretes de cinta magnética, aunque también me enseñaron a utilizar ProTools y otras herramientas lo que me permitió tener el conocimiento básico para iniciar mi propia estación de radio. 

Fue entonces que me di a la tarea de buscar software que permitiera hacer la transmisión de audio hacia la web. Después de no se cuánto tiempo di con un programa llamado MyCaster, que permitía la conexión del escucha a mi propia computadora. En ese momento la capacidad de conexión era realmente limitada. Si llegaba a tener 12 escuchas simultáneos era un gran logro.

Poco tiempo pasó para que conociera los servidores SHOUTcast así como el famoso y hasta el momento querido Winamp. He de decir que nadie me enseñó a utilizar esos programas. Tampoco existían tutoriales hechos por “Youtubers” que indicaran qué se tenía que hacer. Lo que se tenía al alcance era texto, texto y más texto en inglés que paso a paso te decía que hacer.